Tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 y un clamor popular que empujaba hacia la proclamación de la II República, un histórico 14 de abril de 1931 la localidad vasca de Eibar se convirtió en el primer municipio en izar la bandera republicana. El 14 de abril se ha convertido en una fecha clave para el movimiento republicano en España, celebrando movilizaciones anuales en conmemoración de tal hito histórico para las capas populares en España y reivindicando la necesidad de una Tercera República que transforme de arriba a abajo este putrefacto Régimen.

Coincidiendo con esta efeméride republicana, Carlos Guzmán Pérez, nacido hace 29 años en Pamplona-Iruñea, lanza la obra «¿Por qué no te callas? El descenso a los infiernos de los Borbones», publicada por la cooperativa editorial Atrapasueños. En esta obra primeriza del joven autor, en sus casi 200 páginas, nos desgrana la trayectoria de la Casa Real y de la Monarquía en estas últimas décadas. En palabras del prologuista de la obra –Aritz Rodríguez Galán, presidente de la Federación Mundial de la Juventud Democrática y miembro del Comité Central de la Juventud Comunista-UJCE–, «“deconstruir políticamente más de cuatro décadas de reinado Borbón”: ese es el gran, necesario y urgente reto que nos propone Carlos Guzmán Pérez mediante su obra. Un reto para que la clase dominante no logre desactivar nunca más sus crisis».

Hoy, a un día del lanzamiento de la obra, la Revista Agitación tenemos el placer de poder conversar con su autor. Hola, Carlos, muchas gracias por concedernos esta entrevista. Antes de empezar, cuéntanos, ¿quién es Carlos Guzmán Pérez? 

Buenos días, antes que nada me gustaría agradeceros la oportunidad que me dais de difundir este trabajo en vuestra revista.

Hablar de mi mismo me cuesta un poquito, pero yo diría que soy un joven administrativo de 29 años, bastante crítico e inconformista, lo que hace ya una década me llevó a organizarme en Gazte Komunistak, y que en estos momentos me hace difícil concebir que la Jefatura del Estado de nuestro país esté antidemocráticamente en posesión de una familia tan poco ejemplar.

En estos tiempos en los que lo relativo a la crisis económica y sanitaria ocupa absolutamente todos los minutos de prensa, de la opinión pública y del debate, ¿qué ha sido lo que te ha hecho dar el paso de escribir esta obra?

Precisamente durante esta situación de crisis económica y sanitaria en la que las y los sanitarios o las trabajadoras del comercio y de otros sectores esenciales han dado lo mejor de sí de forma extenuante para cuidar al conjunto de la ciudadanía, yo creo que gran parte de la población nos hemos dado cuenta de lo importante del sector público y de los cuidados colectivos, para hacer efectivo ese eslogan que tanto estamos escuchando últimamente de “no dejar a nadie atrás”.

Y de igual manera, durante esta crisis hemos venido comprobando como toda una serie de escándalos que ya venían sonando desde tiempo atrás, han rodeado al conjunto de la familia real; desde el actual monarca, a su padre y antecesor, pasando por sus hermanas las infantas y por varios de sus ilustres sobrinos. Por resumirlo de manera sencilla, mientras el pueblo trabajador sufría con mayor virulencia los efectos de la pandemia, la más alta institución del Estado parecía estar centrada en otras cuestiones, algo no concordaba.

Como ejemplo muy gráfico de todo ello, hace unas pocas semanas conocíamos que la infanta Leonor, la persona que aparentemente está llamada a ser la próxima jefa del estado, cursará el año que viene el Bachillerato en un elitista centro educativo extranjero. Incluso dejando el sentimiento republicano a un lado, ¿no creéis que suena un poquito a tomadura de pelo? ¿Los actuales rectores de la más alta institución del Estado tan poquito aprecian o confían en una administración del Estado como lo es el sistema educativo público, como para no matricular a la propia futura jefa del Estado en él? Es evidente que el distanciamiento entre los miembros de la familia real y la realidad cotidiana del conjunto de las familias españolas es insalvable.

En definitiva, la excepcional crisis a la que hacéis referencia nos va a obligar a repensar de manera global la sociedad tal y como la conocíamos hasta la fecha, y una de las cuestiones que habrá que repensar irremediablemente va a ser la propia monarquía. Y con este libro pretendo contribuir modestamente a ello.

A lo largo de la obra, tú mismo reconoces la pretensión que persigues con la misma: «deconstruir políticamente más de cuatro décadas de reinado Borbón». ¿Cómo explicarías a nuestros lectores y lectoras, a grandes rasgos, qué significa esto?

A las generaciones como la mía que nacimos de forma posterior a la Transición se nos ha contado una y otra vez de forma machacona poco más que la monarquía y que el propio Juan Carlos de Borbón fueron los que acabaron con el franquismo y los que trajeron la democracia a este país. Este relato, junto con el innegable carácter bonachón y campechano de Juan Carlos dio origen a un juancarlismo sociológico, que logró que muchas personas que quizás no compartían plenamente los valores monárquicos aceptaran o toleraran a la familia Borbón como algo beneficioso o necesario para nuestro país.

Hoy en día ese relato juancarlista ya ha quedado más que desfasado e incluso se ha demostrado a grandes rasgos incierto, pero los y las que somos republicanos por convicción democrática tenemos la tarea de hacérselo llegar a todas aquellas personas que aún consideran a la monarquía como una institución útil y necesaria.

Sin ir más lejos, en el libro el lector o lectora conocerá en palabras del propio Juan Carlos I su opinión sincera sobre el dictador Francisco Franco, o podrá leer la explicación del expresidente Adolfo Suarez acerca de cómo legitimó constitucionalmente la monarquía. Son hechos verídicos relatados públicamente por sus propios protagonistas, y que el republicanismo tenemos que difundir para crear nuevas conciencias republicanas. A esta tarea pedagógica de crear un nuevo relato fidedigno sobre todo lo que ha rodeado a la Jefatura del Estado durante los últimos 40 años es a lo que yo me he atrevido a calificar de deconstrucción del reinado Borbón.

Durante las múltiples páginas de la obra relatas algunos de los momentos más oscuros de la Casa Real, cada cual peor que el anterior. En tu opinión, ¿cuál crees que es el que ha ocasionado la mayor crisis a la institución monárquica? ¿Qué faltó ante tal crisis para que la indignación se convirtiese en un clamor republicano transformador?

Esta pregunta me resulta difícil de responder porque como muy bien señaláis son infinidad los momentos oscuros, cada cual peor que el anterior, que nos ha ido dando la Casa Real, pero yo me atrevería a señalar dos en especial; la sucesión monárquica del año 2014 y la marcha de Juan Carlos I a Emiratos Árabes.

En el año 2014 aquella operación gatopardista tenía el objetivo de intentar renovar la monarquía en la figura de Felipe VI, algo que ya se ha demostrado hoy totalmente fracasado. La monarquía en sí misma es una institución anacrónica, antidemocrática, y en el caso de la española además totalmente patriarcal, que por mucho que cambie o rejuvenezca su cabeza visible es irreformable en sí misma. La esencia antidemocrática de la monarquía, la española para más inri por designio de un dictador genocida, únicamente puede renovarse mediante su propia superación en un sistema republicano. En aquella ocasión los monárquicos pudieron haber intentado legitimar la monarquía para otros cuarenta años mediante la convocatoria de un referéndum en el que la ciudadanía pudiera expresarse democráticamente, pero no fue así. Dio la sensación de que las elites dominantes no  confiaban en la madurez política de la ciudadanía española como para poder decidir sobre esa tan importante cuestión.

Con la marcha al extranjero del rey emérito el pasado verano, se materializó el culmen del despropósito monárquico. Que la persona que había reinado en este país durante 39 largos años se marchará a un país tan controvertido como los Emiratos Árabes acuciado por infinidad de escándalos de presunta corrupción abochornó hasta a los monárquicos más convencidos. Se mire por donde se mire, la monarquía española es hoy ya totalmente indefendible.   

Y en mi opinión, lo que ha faltado para lograr ese clamor republicano transformador ha sido la falta de organización o la falta de construcción de poder popular. Todos los escándalos que se relatan en el libro han ido generando respuestas republicanas ampliamente respaldadas, pero hemos fallado en no saber canalizar esa indignación inicial en una alternativa republicana popular. No solo debemos sacar la bandera tricolor el 14 de abril o hacer caceroladas cada vez que un nuevo titular nos indigne, sino que día a día y en todos los ámbitos debemos presentar la III República como alternativa a todos los problemas estructurales inherentes al régimen del 78. La Constitución del 78, la cual apuntala la monarquía, innegablemente abrió un nuevo tiempo en nuestro país tras el franquismo, pero ese tiempo ya ha pasado, y ahora hay que abrir una nueva etapa en la que la monarquía ya no puede tener cabida.

Cuando estallaba la pandemia de la COVID-19 en España múltiples casos oscuros en torno a la familia Borbón se hicieron públicos. Tal es así que llegaron a convocarse varias acciones reivindicativas en los balcones de nuestros domicilios confinados como muestra de repulsa ante el enésimo escándalo monárquico. Pero, el paso del tiempo, sumado a los dramas que está conllevando esta crisis económica y sanitaria, ha supuesto prácticamente una amnesia colectiva de estos escándalos. ¿Consideras que esa ola de indignación ha quedado agotada? ¿Qué se ha hecho mal para dejar pasar nuevamente otra oportunidad que empujase hacia la República?

Realmente no considero que esa ola de indignación haya quedado agotada, y como señalo en el libro, precisamente gracias a los propios Borbones. Incompresiblemente los miembros de la familia del rey siguen regalándonos indecorosos argumentos para la construcción de la República; las regularizaciones fiscales de Juan Carlos, la vacunación en el extranjero de las infantas Elena y Cristina, las escapadas de Semana Santa de los sobrinos del monarca, etc.

Como ya señalaba antes, desde el republicanismo hemos fallado en no saber construir una alternativa republicana popular que presente la III República como una solución democrática a buena parte de los problemas estructurales que sufrimos hoy en día. Pero no quiero transmitir una sensación o mensaje de desánimo ni mucho menos. La III República va a llegar a este país más pronto que tarde, es un hecho innegable, y como en cualquier carrera de fondo se trata de no caer desfondados. Sociológicamente ya existe en España una mayoría republicana, amplísimamente mayor entre la juventud como demuestran las encuestas señaladas en el libro realizadas por los 16 medios de comunicación independientes o por el Barómetro Municipal de Información Ciudadana de Valencia, y en nuestras manos está el adelantar la fecha de caducidad de la monarquía española.

«Una alternativa superadora al despropósito monárquico». Tras exponer las miserias de la Monarquía, culminas la obra con este alegato republicano. ¿Cómo es esa «alternativa superadora» que imagina Carlos Guzmán Pérez?

La alternativa republicana superadora que me imagino yo, en primer lugar debe ser una alternativa feminista. No podemos olvidar que Felipe VI es rey y no así sus hermanas mayores Elena o Cristina por el simple hecho de ser hombre. Y tampoco debemos dejar de señalar, que a día de hoy la infanta Leonor tampoco lo podrá llegar a ser nunca sin una reforma constitucional que conlleva un complejo procedimiento agravado, el cual sin lugar a dudas debe constituir la fecha última de caducidad de la monarquía española. En mi opinión, la misma complejidad constitucional que se diseñó para dificultar la instauración de una hipotética III República, constituirá el fin mismo de la monarquía porque con una mayoría social republicana como la ya hoy existente, esa necesaria reforma constitucional será totalmente inviable.   

De igual manera, esa alternativa tiene que garantizar de forma efectiva una vida digna a todos los españoles y españolas. Legalmente no solo se deben reconocer derechos de forma abstracta como lo hace la actual Constitución, si no que se deben garantizar de forma efectiva. La vivienda digna, el empleo de calidad, los servicios públicos que nos permitan desarrollarnos dignamente como seres humanos cuando más los necesitemos, o la plena igualdad de hecho y de derecho entre todos los hombres y mujeres de este país deben ser las principales apuestas de la futura III República que yo me imagino. 

La alternativa republicana no debe tratar solo de quitar a un rey para poner a un presidente de la República, sino que debe construir una nueva España que merezca la pena ser vivida.

Para finalizar, permítenos destinar esta última pregunta para que tú, directamente, puedas dirigirte a nuestros lectores y lectoras y dedicarles las palabras que estimes oportuno.

A los lectores y lectoras lo primero que me gustaría es felicitarles por acercase a una revista como esta, tan necesaria en estos momentos en los que las voces críticas como la vuestra son difíciles de escuchar o de leer en los grandes medios de comunicación. Y sobre todo me gustaría trasmitirles la ilusionante idea de que la República está en el horizonte, y que en nuestras manos está el adelantar esa esperada proclamación. En el día a día, desde nuestros barrios y nuestros pueblos, desde los centros de estudio y de trabajo, mediante lo simbólico y lo efectivo, y sobre todo los y las más jóvenes, tenemos que construir la III República. Nuestras abuelas y abuelos ya lo hicieron hace hoy noventa años, y ahora nos toca a todas nosotras y nosotros volver a traer la plena democracia  a nuestro país.

Nuevamente, muchas gracias, Carlos, por concedernos esta interesante entrevista en un día tan señalado para el quienes plantan cara a la Monarquía y el Régimen y anhelan esa República libre de explotación y opresión. Nuestros mejores deseos con esta, tu primera obra. Desde hoy, «¿Por qué no te callas? El descenso a los infiernos de los Borbones», de Carlos Guzmán Pérez, publicada por la cooperativa editorial Atrapasueños, está disponible para su compra.

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