El departamento de Marina Baixa da cobertura a la costa entre Villajoyosa y Altea, y a los innumerables pueblos-pedanías del interior. Como es una zona muy turística y de segunda residencia, se da el problema de que los centros de salud y el hospital comarcal están infradotados la mayor parte del año, pues cubren una población entre 3 y 4 veces mayor a la empadronada.

Esto se une a que ha sido una zona muy endémica en lo que a la contratación se refiere (saltándose la contratación pública desde tiempos de Zaplana) y entre esto y la sobrecarga, tiene muy mala fama, a veces teniendo problemas para conseguir trabajadores.

Con respecto a la privatización, el departamento no está dando pasos notables en esa dirección, pero sí hay en Benidorm un hospital privado (Clínica Benidorm) y se da la típica situación de que ellos tienen ciertas máquinas e instrumentos que no hay en el público, y se contrata a ese hospital (en lugar de enviarse a otro hospital público, Alicante o Sant Joan).

Yo trabajo rotando por diferentes unidades de salud mental y aquí la problemática gira en torno a las dificultades de organización y dotación de recursos (la salud mental todavía tiene mucho camino que recorrer y el modelo sufre aún del ancla manicomial).

Si hay algo que caracteriza a las crisis sanitarias es la histeria y la desinformación. ¿Cómo se ha estado gestionando esto desde las instituciones a la hora de dar directrices y de establecer protocolos que protejan tanto a pacientes como al personal?

La Consellería de Salut, al igual que el gobierno central, ha dado directrices y protocolos tarde, con falta de consenso entre la información dada a un sitio y a otro, y todavía a día de hoy (18/05/2020) sigue sin haber consenso sobre cómo aplicar la desescalada a los centros de salud (por ejemplo, que es donde trabajo actualmente). Al final, ha quedado, prácticamente en la mayor parte de los sitios, a juicio de cada unidad/servicio, el cómo organizarse y cómo seguir las «directrices» marcadas.

Se que las residencias y hospitales han generado circuitos diferentes para las sospecha/positivos de Covid, como son el aislamiento en su habitación, el tener su propia planta/unidad, etc. Y creo que ocurrió igual, cada centro/hospital tuvo que desarrollar sus propios protocolos debido a la falta de respuesta/saturación de las direcciones pertinentes.

¿Cuál consideras que es la situación respecto a las condiciones de seguridad?

En el hospital de Alicante (que es del que tengo más información) sí se están respetando ahora (18/05/2020) el tema de mascarillas y distancias. Pero como en el resto del país, hasta que no se entró de lleno en el estado de alarma, no se empezaron a seguir las recomendaciones.

En mi puesto de trabajo actual (una unidad de salud mental infantil, dependiente del hospital, pero ubicada en un centro de salud/pues es atención primaria, sin ingreso), no se ha seguido ninguna medida. Se nos dio una mascarilla al principio del estado de alarma y un mes y medio más tarde nos empezaron a dar una por semana. (En ningún momento nos han dado mascarilla FPP2). Cancelamos por decisión propia la consulta (pues la decisión de la dirección tardó en llegar) y la vuelta a la normalidad la está organizando el equipo como buenamente puede.

Hablando de derechos laborales, ¿cómo ha repercutido la situación del COVID-19 en la carga de trabajo del personal sanitario? ¿Cómo se está gestionando?

En mi puesto de trabajo la carga se redujo a una décima parte, nosotros dejamos de ver pacientes. Se que esto también pasó en las unidades no-covid de los hospitales Marina Baixa y Alicante. Con respecto a las unidades Covid, no sé que carga de trabajo han tenido, pero varios compañeros nos ofrecimos a trabajar donde fuese menester y, por parte de la dirección valenciana, siempre se nos rechazó la ayuda. (Incluso la ayuda interautonómica, que parecía la más necesaria; a esto se adujo que por ley no se podía aceptar otro contrato, y que por nuestra seguridad no querían vernos presionados en urgencias y cobrando el salario mínimo. [Sin embargo esto mismo es lo que ocurrió con compañeros de Madrid.])

Por tanto, puede que en esta comunidad no llegara a haber sobrecarga. Aun así sí sé que hubo mucho nuevo contratado (contrato Covid) con condiciones laborales aparentemente mejores (salario y horario).

¿Qué experiencias de organización entre las trabajadoras se han dado en tu centro de trabajo? ¿Crees que se dan las condiciones para que se pueda organizar a la plantilla en vuestro centro?

Las experiencias han sido más bien negativas, a día de hoy todavía no se tiene claro cómo empezar la vuelta a la normalidad, se está en todo momento esperando una orden de la dirección del servicio y el personal se considera bastante incapaz de organizar por su propia cuenta. La enfermera y yo (EIR) hemos intentado en varias reuniones abordar el problema (este y otros), pero siempre nos topamos con el muro de las relaciones jerárquicas, los problemas interpersonales (son seis personas todo el equipo y se conocen de muchos años) y la indecisión/dependencia de las trabajadoras (lo más irónico si consideramos que esto es salud mental). Además, la histeria ha podido con la capacidad del equipo, ellas mismas reconocen que están el ambiente y las aptitudes enrarecidas. Esta semana, la enfermera y la psiquiatra, por decisión propia empezarán a ver gente a cuentagotas. Esto ayudará a la normalización de la situación, y a sentarse y volver a intentar organizar la unidad, pues las nuevas necesidades y la falta de decisión de la dirección harán indispensable el consenso en el equipo.

Por último, al estar haciendo la residencia, ¿qué efectos ha tenido el coronavirus en tu proceso de formación? ¿consideras que ha afectado de forma específica a vuestros derechos?

Mi residencia ha quedado paralizada de facto: yo no debería estar en ese rotatorio, y estos meses no estoy viendo pacientes (que es el sentido de ese rotatorio, tanto más necesario al ser niños), la docencia ha sido cancelada hasta nuevo aviso (y era un día o dos a la semana) y todo el itinerario de rotatorios que debería estar haciendo también ha quedado alterado (en octubre íbamos a Argentina y en enero a Bilbao, y dudo que eso se recupere). Sin embargo, oficialmente continua, me siguen pagando cada mes y según parece, terminaré la residencia cuando tocaba.

Creo que sí se vulneran nuestros derechos cuando en otras residencias se ha considerado que se debería aplazar tres-cuatro meses en fin de residencia, y cuando no se nos deja elegir y ni tan siquiera ayudar donde sí hacía falta. Pondría la mano en el fuego a que había detrás unos intereses locales de guardar a los residentes por lo que pudiera pasar en la comunidad valenciana.

En definitiva, creo que esta crisis ha demostrado la incapacidad de buena parte de la dirección de adaptarse a nuevas situaciones y cómo se anteponen los intereses locales a los estatales, y al final, a los de toda la población. A la juventud se le da así de lado en una crisis en la que probablemente tanto habría podido aportar.

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