El 18 de julio de 1936 una parte del Ejército español, junto con la Iglesia y las clases dominantes traicionaron los principios emanados de la Constitución de 1931 y atentaron contra el Gobierno democrático del Frente Popular. El fascismo aparecía en la escena de nuestro país mientras Italia y Alemania subían el telón, el resto de países –salvo la Unión Soviética – se limitaron a contemplar la obra desde sus butacas.

Hemos venido a reabrir heridas en las cunetas, en la Justicia, en la Constitución, en la forma del Estado y en cada rincón que sea necesario para conquistar, de una vez por todas, un país donde se pueda vivir dignamente, sin un pasado fascista avergonzante y hasta ahora intocable.

Así se abrió una herida en España que estuvo sangrando hasta que el dictador murió en la cama. Herida profundizada con centenares de miles de españoles y españolas en las cunetas, desapariciones, torturas, violaciones, robo de bebes, exilio, marginación y un largo etcétera* a toda persona que hubiera defendido el régimen democrático de la República. Tras casi 40 años sangrando, el PCE (único partido con capacidad de acción en la oposición durante la dictadura) junto con aquellos que decidieron volver y una parte de los franquistas le pusieron gasas y tiritas a esa laceración, la tapamos y la ignoramos con la controvertida ley de amnistía**. Se iniciaba la Transición en los despachos mientras se vertía sangre en las calles, más de 500 muertos que a día de hoy siguen olvidados cuando hablamos de la historia de España. Al menos 70 murieron por ser militantes de izquierda.

La llaga se cubrió pero cuando no se sana termina infectándose. Y la infección la seguimos viviendo 40 años después de una trasnochada Transición que tomó a los franquistas como una parte legitima más con la cual se pactó. Eso explica que Adolfo Suárez, con pasado franquista, fuera el primer Presidente de la era del Régimen del 78, que Manuel Fraga fundara un partido y fuera investido varias veces presidente de la Xunta de Galiza y que Juan Carlos de Borbón fuera el jefe del Estado como legítimo heredero de Franco amasando una fortuna de la que nunca dispuso.

Pero iconos políticos al margen, la infección la presenciamos en televisión con exgenerales que niegan los crímenes contra la humanidad del franquismo y que legitiman el régimen actual como continuación, sin ruptura, de la propia legislación franquista, con fundaciones en honor a la dictadura, con torturadores que pasean libremente por las calles, con la acérrima defensa de una hipócrita unidad de España.

Infección que lleva a la cárcel a tuiteros, raperos y titiriteros por hacer chistes contra los fascistas. Infección que en los últimos 25 años ha dejado un total de 88 muertos a manos de fascistas. Infección que mantiene a más de 114.000 personas escondidas entre las cunetas. Infección que comenzó en 1978 y dejamos que se extendiera.

Ahora no tenemos más solución que destapar las gasas, sajar la herida y extirpar de una vez los 40 años la infección franquista que sigue asolando este país. Y las heridas duelen al abrirse, y hay que abrirlas porque están malcuradas. Dolerá porque los avances sociales no se consiguen con guante de seda, duelen a la parte privilegiada y opresora porque la sociedad esta irremediablemente dividida en dos. Volar por los aires una cruz de 150 metros de alto en un precioso valle de la sierra de Madrid es un símbolo, y si les duele que les duela. Hemos venido a reabrir heridas en las cunetas, en la Justicia, en la Constitución, en la forma del Estado y en cada rincón que sea necesario para conquistar, de una vez por todas, un país donde se pueda vivir dignamente, sin un pasado fascista avergonzante y hasta ahora intocable.

 

* Calificados como Crimenes contra la humanidad según el derecho emanado de los juicios de Nuremberg.

** La Ley de Amnistía impide juzgar los crímenes realizados por el regimen franquista, esta va en contra del derecho internacional derivado de los juicios de Nuremberg. Para un mayor desarrollo de la cuestión consultar http://ladialectika.com/opinion/2016/12/07/memoria-historica-una-nueva-estrategia-impulse-proceso-constituyente/

Un comentario en «Hemos venido a reabrir heridas»

  1. Muchas gracias por este artículo tan necesario como valiente! Tenéis el apoyo de muchos españoles que reclamamos Verdad, Dignidad, auténtica Justicia y Reparación. Qué hermosa imagen la de esa nefasta cruz, símbolo de tortura y ejecución, volando por los aires. Mientras tanto África seguirá empezando en los Pirineos

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