Durante el pasado mes de septiembre se conocía la noticia de que Alestis, propiedad en un 76% del grupo Aciturri,tenía un plan para despedir a casi la mitad de la plantilla. Ante estas noticias la plantilla comenzó una huelga indefinida el 23 de septiembre y múltiples movilizaciones que han finalizado, momentáneamente, con un acuerdo. Hoy hablamos con Juan Carlos Saucedo:

  • En primer lugar, ¿cúal es tu función dentro de Alestis y cuando llegas a la empresa?

Soy montador aeronautico, un trabajador más dentro de la empresa, la mano de obra directa. Soy un “ex-Delphi”, entramos en esta empresa por el compromiso de la Junta de recolocarnos a los trabajadores de Delphi. Llevo desde 2009 en este empleo.

 

  • El conflicto más reciente ha sido porque la empresa se plantea realizar un ERE, ¿cuando comienza exactamente este conflicto y que es lo que propone o quiere conseguir la empresa en un primer momento?

El conflicto viene desde hace más tiempo. La empresa está inmersa en concurso de acreedores prácticamente desde que se fundó. Es una de las empresas que montó la Junta para recolocar a los exempleados de Delphi. Era una empresa que absorbieron a la antigua SK10 para convertirse en Alestis, se montó deprisa y corriendo y desde el primer momento comenzó con problemas. Ahí entró Airbus que tenía muchos intereses dentro de esta empresa. Airbus compró acciones de Alestis junto con varios bancos. Consiguieron un aplazamiento dentro del concurso de acreedores llegando a un acuerdo con los acreedores, que el año que viene tienen que hacerle el primer pago.

 

Cuando Airbus vió que las cuentas ya estaban algo saneadas y la empresa navegaba sola, se la vendió a Aciturri, y aquí llegan los verdaderos problemas, esta empresa, perteneciente a una familia de Burgos (padre, mujer y, sobre todo, la hija, que se hizo cargo de la empresa). Desde que llegaron vinieron con la idea de que sobraba personal para el trabajo que había, calculando que sobraban unas 50-60 personas, nada más llegar. El Comité de Empresa estuvo negociando desde el principio con esta empresa pero eran reticentes, este tipo de empresas más familiares funcionan como un comité de mando y tienen pocas relaciones con los Comité de Empresas.

 

  • Entonces llega la propuesta de ERE por parte de la empresa, ¿cómo os organizáis los trabajadores ante esto?

 

Afortunadamente tenemos un Comité de Empresa bastante fuerte, con un Secretario con la cabeza muy bien sentada y que se mueve muy bien en el ámbito sindical, en este caso Pedro Lloret. Es alguien que ya se ha visto en muchas de esta y tiene experiencia. Nos organizaron a través del sindicato que han ido marcando las pautas negociando con la empresa desde el primer momento y rechazando el ERE, abriendo otras opciones, como por ejemplo ERTE, que el Gobierno ya ha ampliado la opción de seguir aplicándolo. Pienso que existen muchas otras vías lejos de jugar con el pan de las casas de muchas familias.

 

  • Y recientemente se llegó a un acuerdo.

 

Sí, se llegó a un acuerdo en el que han pasado de querer echar a 585 personas a 440. El acuerdo es sobre esas 440 personas, en el que, en teoría, deben ser voluntarias. La fórmula es ofrecer a los trabajadores de 57 años o más una especie de prejubilación, que en la práctica lo que hacen es despedirlo para que tomen los dos años de paro y luego a través de una aseguradora, con la indemnización que le deben dar por despido, se la reparte a través de esta aseguradora durante los años que le quedan hasta poder prejubilarse. Luego, entre los trabajadores con menos de 57 años, nos ofrecen baja incentivada o excedencia incentivada, con una cantidad de dinero para cada caso, en el caso de la excedencia menos dinero pero se abre la opción de poder volver a la empresa durante tres años. Aunque esto en la práctica es muy complicado, hay compañeros en otras empresas que tomaron la excedencia, están intentando volver y les está resultando imposible.

 

  • Esos 440 deben ser voluntarios… Pero, ¿y si no se llega a la cifra?

 

Efectivamente, de hecho, es curioso que hagamos la entrevista hoy porque precisamente ayer (viernes) nos mandó una notificación por escrito a todos los trabajadores recordándonos que se llegó a un acuerdo y que las bajas deben ser voluntarias pero que si no se conseguían estas 440 bajas voluntarias aplicarían la ley sobre el resto. Es decir, los despidos que pensaban realizar en un principio.

 

  • Es decir, ni mucho menos esto ha terminado…

 

El día 23 (de octubre) termina el plazo para que la gente se apunte voluntariamente a darse de baja. Tiene toda la pinta de que del 23 para delante esto va a volver a ser una guerra.

 

  • El sector en general y Alestis en particular parece que siempre tiene el tema del ERE sobrevolando en cierta forma, ¿Cómo han sido estos años? ¿Ha habido ya situaciones críticas y momentos de lucha intensa como ahora?

 

Cuando se constituyó Alestis a través de las fusiones, a la gente ex-Delphi que veníamos de SK10 Desarrollo y Tecnología nos dijeron que sobraban 189 personas, y solo llevábamos dos meses contratados. Querían hacer un ERE. A través de la lucha y la negociación se demostró que no sobraba nadie con el volumen de producción que había. Con muchísimas horas de negociación la empresa acabó haciendo un ERTE durante un año y, el tiempo, nos fue dando la razón. Durante ese año se tuvo que ir recontratado a ese personal en ERTE y antes del año estaban casi todos trabajando e incluso su tuvo que contratar personal eventual.

 

  • Se habla frecuentemente de la necesidad de industrializar un país para que no dependa del turismo, ¿cómo ves al sector actualmente?

 

Lo que verdaderamente puede darle calidad de vida a un país es la industria. Está claro que hay otros sectores que deben estar ahí, pero también sabemos que otros sectores como el turismo está repleto de mano de obra barata y empleo de baja calidad. Por eso necesitamos la industria. Los madrileños, catalanes, vascos… tienen industria y con ello un mayor poder adquisitivo que nosotros. Es muy importante que en la Bahía de Cádiz haya industria. Si nos quitan la industria nos convertimos en una ciudad para venir a dormir.

 

  • Y qué papel juegan empresas como Airbus o la propia Alestis en el desmantelamiento que está sufriendo la Bahía de Cádiz.

Un papel importantísimo en el que nosotros no podemos más que tirarnos a la calle y luchar como estamos luchando. Entiendo que no es plato de buen gusto para todos los ciudadanos, que muchas veces molesta que se corten un puente o las calles. Pero te juro que yo tampoco quiero hacer eso, que yo solo quiero trabajar y poder llevar el pan a mi casa todos los días. Pero no tenemos otra herramienta que esta para conseguir algún objetivo, para dar algún pasito, para hacer que esto no nos lo quiten. Está claro que quieren desmantelar el sector industrial, en la Bahía de Cádiz parece que no quiere apostar nadie por la industria. De Despeñaperros para arriba quieren a Andalucía como siempre nos han querido, un pueblo de sirvientes del que venga, como siempre se han pretendido con Andalucía y concretamente con Cádiz.

 

  • Has comentado a los ciudadanos que pueden molestarse, pero a finales de julio hubo una manifestación pidiendo carga de trabajo para la Bahía que fue multitudinaria.

Efectivamente, puede parecer contradictorio porque para gustos los colores. Ahora que se maneja mucho las redes sociales es ahí donde se puede ver algún comentario de alguna persona que llega tarde a trabajar por culpa de haber cortado el puente, se calienta y dice alguna barbaridad. Y lo entiendo, pero no lo comparto, porque si llegas una hora tarde a trabajar está justificado, no te van a echar porque hayan cortado un puente, y por otro lado nosotros estamos jugando con el pan de nuestra casa. Es la forma de hacerlo, te sientas a negociar con unos y otros (empresas, políticos…) y nunca tienes la sartén por el mango, la única forma de revertir esto es movilizándote y haciéndote ver. Cuando se ha apostado por el trabajo de la Bahía y se han convocado manifestaciones la gente ha respondido y tenemos un enorme respaldo popular.

 

  • Entonces, ¿se pueden tejer alianzas y cercanías con sectores más populares de Cádiz?

Sí, y es lo que hay que hacer. La unión hace la fuerza. No es lo mismo nuestra empresa que somos miles de trabajadores en España que una empresa de muy pocos trabajadores. Hay que unirse para conseguir mucho más para todos.

 

  • ¿Qué destacarías de tu experiencia en la lucha?

Pues voy a cumplir 51 años… Yo no estoy ya para correr delante de la policía ni para quemar ruedas (risas). Si hay que hacerlo pues se hará, pero son los compañeros jóvenes los que tienen que dar más guerra y ser más revolucionarios.

 

  • ¿Cómo ha influido esto de estar en constante guerra en tu desarrollo personal?

Pues me considero sindicalista, llevo muchos años afiliados en CCOO, he estado hasta hace 3 años en el Comité de Alestis. Tuve que tirar por ese lado porque es la forma de defender tus derechos, ya sea al pie del cañón o apoyando, como uno pueda. Hacer uso del Comité de Empresa, del Sindicato, de los compañeros más cercanos…

 

Ayer llegó la carta informativa en plan cacique, dándola un viernes informándote que si no se llegan a los números te despiden, faltando al acuerdo llegado ya que en el acuerdo decía que si el día 23 no se llegaban a los números había que volver a negociar sobre qué hacer. Pero no, ellos ponen directamente una carta diciendo que aplicarán la ley y que no se quieren sentar más a negociar con nosotros. Y además esto te lo dicen un viernes 15 minutos antes de terminar la jornada laboral, y te vas para casa con el runrún en el coco.

 

  • ¿Qué podría aprender la juventud obrera de vuestra lucha?

Cuando entré a trabajar con 19 años en el sector todo lo que había conseguido lo habían conseguido mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos… a través de la lucha obrera, por la que ha pasado mucha gente y se ha derramado sudor, lágrimas y sangre. La juventud tiene que aprender que no le van a regalar nada, que todo hay que lucharlo día a día. Hemos vivido un cambio, dejamos atrás el hambre de la guerra y la necesidad de irte a trabajar muy joven, hemos conseguido que nuestros hijos puedan estudiar pero ahora hay chavales que con 30 años no se pueden independizar porque no tienen medios para hacerlo, porque no encuentran un trabajo estable. Esto hay que pelearlo.

 

  • Y de vuestro sector también podríamos aprender de la necesidad de la unidad y el alejarnos del individualismo.

Ese es el gran error de los trabajadores, el intentar hacer la guerra por nuestra cuenta. Por eso nosotros, que traemos una lucha de muchos años atrás, intentamos solidarizarnos con todas las empresas que hay, participando en las movilizaciones, como las de Aernnova, astilleros, Visteon… Todas las que ha habido hemos intentado estar, presencialmente y con comunicados de apoyo. La unión hace la fuerza.

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